* Sin embargo es posible restaurar el ecosistema con acciones de largo plazo, involucrando a todos los sectores, afirma biólogo Carlos Candelaria.
Alejandro Alvarado González
Zihuatanejo, Gro., (Julio 21, 2021).- De la comunidad coralina original en Las Gatas actualmente sólo queda un 20 por ciento, afirmó el biólogo Carlos Candelaria, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia de la UNAM; no obstante, indicó existe la posibilidad de restauración con acciones de largo plazo, comprendiendo que la conservación de la naturaleza no está peleada con el turismo.
El académico recordó que desde hace años la UNAM trabaja en Zihuatanejo en dos vertientes, la conservación de los arrecifes coralinos y también de la costa rocosa, desarrollando el inventario de flora y fauna tanto marina como terrestre, en la actualidad hay un registro de más de 3 mil especies, lo que indica la gran riqueza en biodiversidad que todavía existe.
Dio a conocer que un nuevo proyecto es el uso de las macroalgas como indicadores ecológicos, es decir, reconocer a partir de los propios organismos las condiciones naturales del lugar; cuestionado acerca del estado de los arrecifes coralinos, agregó que algunos están en buenas condiciones y otros muestran importantes afectaciones, como el caso de Las Gatas, donde apenas queda un 20 por ciento de la comunidad coralina original, hecho que es entendible porque es un sitio impactado desde la época de La Colonia.
Sin embargo, afirmó es posible restaurar estos ecosistemas, “el turismo y el medio ambiente no son incompatibles, es todo lo contrario, hay que hacer sinergias, hay que hacer alianzas en donde se reconozca el medio ambiente como un activo de la actividad turística, y que repercute en la calidad de la práctica turística, ofreciendo alternativas que no se tienen en otros lugares, y todo esto se llama ecoturismo… estamos en un lugar privilegiado, realmente Zihuatanejo es un sitio que tiene muchas cualidades”.
A modo de ejemplo señaló Carlos Candelaria el tema de la langosta, porque no hay respeto por la veda, cada vez se extraen ejemplares más pequeños, falta sensibilización entre los sectores, pero más allá de eso hacer un análisis integral de alternativas para los pescadores, “necesitamos tener una visión global de lo que son los recursos naturales”, concluyó.
