Estatal
A pesar de últimos hechos delictivos, Guerrero se ubica en el sexto lugar en este rubro
Ciudad de México., (Julio 25, 2019).- La organización ciudadana Semáforo Delictivo dio a conocer que durante el primer semestre de 2019, el número de homicidios disminuyó 31 por ciento en el estado de Guerrero, lo que lo ubica entre las cuatro entidades del país con mayor disminución de asesinatos.En Nayarit se registró disminución de 59 por ciento de homicidios durante el primer semestre de 2019; y en Baja California Sur de 61 por ciento. Sin embargo, el estado de Guerrero se ubica en el sexto lugar a nivel nacional, en tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, durante los primeros seis meses del año, con 21.9 homicidios cometidos por cada 100 mil habitantes.En este renglón, la media nacional es de 11.8. Los estados con mayor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, son: Colima (42), Baja California (35.1), y Chihuahua (28.1).En el país se registraron 14 mil 603 casos de homicidio entre enero y junio de 2019. A lo largo de 2018 fueron cometidos 28 mil 816 asesinatos en México; en 2017 se cometieron 25 mil 339; en 2016 fueron cometidos 20 mil 549; y en 2015, 17 mil 34 homicidios.La organización Semáforo Delictivo basa su análisis en datos del Sistema Nacional de Seguridad. En lo que se refiere a secuestro, Guerrero se ubicó en quinto lugar nacional, con 0.8 secuestros cometidos por cada 100 mil habitantes. La media nacional es de 0.5. El primer lugar lo ocupa Veracruz, con tasa de 2.2. Guerrero se ubica en la posición 13 en delito de extorsión, con tasa de 3.5 por cada 100 mil habitantes. La media nacional es de 3.3.Guerrero recibió color verde en el semáforo, en los delitos de narcomenudeo, robo de vehículos, lesiones dolosas, violación, violencia familiar, robo a negocio y robo a casa habitación, renglón en el que posee el porcentaje más bajo de toda la república, con 4 por cada 100 mil habitantes.El director de Semáforo Delictivo, Santiago Roel, considera que diputados y senadores deben discutir y aprobar un modelo pragmático y funcional de regulación de drogas.