Ranferi Rosas LópezIndependientemente del lamentable episodio ocurrido el pasado viernes en la región de La Montaña de Guerrero, donde ante la complacencia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, un numeroso grupo de asistentes que habrían sido azuzados por Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, flamante pero ineficiente “superdelegado” del gobierno central en esta entidad, arremetió contra el gobernador Héctor Astudillo Flores, con expresiones que confirman la falta de salud mental de muchos integrantes de las filas morenistas, el jefe del Ejecutivo federal no debe olvidar el compromiso de apoyar el desarrollo de Zihuatanejo e Ixtapa, hecho hace más de medio año en este puerto.El 8 de junio del año pasado, durante el acto de cierre de campaña desarrollado en la cancha municipal de Zihuatanejo, López Obrador ofreció que los habitantes de los sitios turísticos del país contarían con todos los servicios públicos, además de mejores condiciones de seguridad.Entonces, enfatizó que “vamos a cuidar mucho el sector turístico, van a tener apoyo para que siga habiendo turismo, porque les repito, es una actividad importante, nada más vamos a cuidar que vivan bien en las colonias de los centros turísticos, no puede haber hoteles de 5 estrellas, de gran turismo, y colonias con precariedad, sin calles pavimentadas, sin agua, sin drenaje, sin pavimento y con mucha inseguridad, tiene que resolverse esto”.Y remarco: “Porque si hay un centro turístico y hay inseguridad, se espanta el turismo y esto perjudica mucho, vamos a garantizar que haya agua y haya tranquilidad en los centros turísticos en todo el país”.El presidente Andrés Manuel López Obrador estaba incluyendo entre los destinos turísticos nacionales a Ixtapa-Zihuatanejo y también Acapulco, por lo que es de esperarse que ese compromiso de apoyo se cumpla en la medida de las necesidades que hoy enfrentan ambos lugares, donde la falta de gestión local y la insuficiencia de recursos, principalmente, están impidiendo su pleno desarrollo.