Opinion
ALTAVOZ
Ranferi Rosas LópezEl lunes primero de octubre, algunos directores municipales que llegaron temprano al edificio consistorial para asumir sus respectivos cargos, le dijeron a la gente que ya laboraba en diferentes áreas de la administración pública local, que no había de qué preocuparse, toda vez que por disposición del alcalde Jorge Sánchez Allec, los cambios que pudieran darse entre el personal administrativo y operativo se harían sin apresuramiento.Sin embargo, sólo se trató de una forma poco inteligente de engañar a quienes pudieran empezar a manifestar sus inquietudes por el tema en cuestión, porque al día siguiente (martes 2 de octubre) los propios directores empezaron a llamar a los trabajadores que ya estaban “palomeados” para el despido, y simplemente les dijeron que pasaran a la dirección de Recursos Humanos para que se les informara sobre su situación laboral.En el transcurso de al menos cuatro días de la semana pasada, decenas de hombres y mujeres que laboraban en Obras Públicas, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobernación, Instituto Municipal de la Juventud, Desarrollo Urbano, Instituto Municipal de Cultura, Comunicación Social, Eventos Especiales, Desarrollo Social, Instituto Municipal de Ecología y Desarrollo Sustentable, Servicios Públicos, entre otras dependencias, lograron hablar con la titular de la mencionada dirección, Alejandra Rivera Niño, quien seguramente aleccionada al respecto por la autoridad municipal superior, únicamente tomó algunos datos de los ex trabajadores y les dijo que en unos 15 días o en un mes se les llamaría para iniciar el proceso de negociación con el Ayuntamiento sobre la liquidación que les corresponde.Se estima que a la fecha han sido dados de baja más de 150 trabajadores adscritos a diferentes áreas.A todas luces, esta es una de las primeras acciones de abuso de poder por parte del gobierno municipal que encabeza el priista Jorge Sánchez Allec, para atentar contra el derecho constitucional al trabajo de muchas apersonas que así han visto cancelada su única fuente de ingresos y, en consecuencia, dañada considerablemente la economía familiar.Cabe mencionar que previo al inicio de los despidos de personal, Sánchez Allec anunció ante los medios de comunicación que se aplicaría una “reingeniería administrativa” encaminada a adelgazar la nómina municipal, además de informar que se habían encontrado unos 100 “aviadores” pagados por la administración anterior, lo cual de ninguna manera justifica el trato que se está dando a los trabajadores afectados, quienes por su parte han coincidido en que con este tipo de acciones, el Ejecutivo local está demostrando falta de sensibilidad y de respeto hacia una parte importante de la gente de Zihuatanejo.Por si lo anterior no fuera suficiente, otra muestra de uso indebido del poder se dio apenas el pasado lunes alrededor de las 8 de la mañana, cuando unos 20 policías preventivos provistos de armas largas llegaron hasta el acceso principal de la sede del gobierno municipal y cerraron con candados el portón metálico, para impedir que entraran poco más de 70 ex trabajadores que esperaban una audiencia con el presidente Jorge Sánchez Allec, para lo cual algunos representantes ya habían ingresado al inmueble.Algunos empleados de áreas municipales dijeron que ese despliegue policiaco había sido porque al jefe de la comuna se le informó que los trabajadores despedidos iban a tomar el palacio municipal, cosa que ni siquiera se había planteado.Finalmente, decirle al alcalde en turno que los desaciertos evidenciados en estos primeros días de su gestión pueden dificultar la generación de condiciones mínimas de gobernabilidad en un municipio donde sus habitantes ya sufrieron a gobernantes que no supieron administrar su “luna de miel”.