Opinion
CAFÉ POLÍTICO
NINGÚN HOMBRE PUEDE USAR UN ROSTRO PARA SÍ MISMO Y OTRO PARA LA MULTITUD SIN ACABAR CONFUNDIDO RESPECTO A CUAL ES EL VERDADERO / HAWTHORNE
Rafael Lobato Castro
Después de recordar a los familiares y amigos que ya han pasado a la otra vida en el fin de semana pasado, los días de los fieles difuntos, Don Casi se encaminó al céntrico café para esperar a su viejo amigo Don Sebas. En el aparato de sonido del café se escuchaba la voz de Paul McCartney con su famosa canción Yesterday: ‘Yesterday/ all my troubles seemed so far away/ now it looks as though/ they’re here to stay./ Oh I believe/ in yesterday…’, Don Casi con el poco inglés que le enseñó Don Máximo Merel empezó a traducirla mentalmente y le llegó la nostalgia al identificarse con la frase ‘Oh yo creo en el ayer’: “Ayer/ todos mis problemas se veían tan lejanos/ ahora parece como si permanecieran aquí/ para siempre./ Oh yo creo/ en el ayer./ Repentinamente/ no soy ni la mitad/ del hombre que era antes/ hay una sombra que se cierne sobre mí/ Oh de pronto/ llegó el ayer./ ¿Por qué ella tuvo que irse?/ No lo sé/ no me lo quiso decir./ Yo dije algo que no debía/ ahora anhelo el ayer./ Ayer/ el amor era como un juego fácil/ ahora necesito un lugar/ donde esconderme./ Oh yo creo en el ayer”. “Sí –pensó Don Casi- yo creo en el Zihuatanejo del ayer, en el de las buenas familias que vivían en paz, no en el que vivimos hoy. Todo lo bueno que se ha ido para no volver”. En ese momento vio acercarse con su andar lento a la mesa reservada por tiempo indefinido a su colega de la vieja guardia Don Sebastián que llegaba para compartir una nueva charla vespertina. La mesera dejó las dos grandes tazas del delicioso, caliente, humeante café guerrerense y con una sonrisa se retiró. Ya disfrutando del café el par de viejitos, se inició la conversación.
-Don Sebas –dijo Don Casi después de beber un sorbo de la bebida aromática-, antes de que llegara preguntó por usted una dama.
-¿Una morenaza de ojos pizpiretos?
-No, usted ya no está para esos trotes. La dama era la Calavera Garbancera, mejor conocida como La Catrina.
-No chingue Don Casi, si habló con usted es porque es a otra persona a la que trae en la mira. Yo soy de esos que aunque el cuero lo tienen un poco arrugado, el corazón les palpita como chamaco.
-Juar, juar, juar. Lo cierto es que no hay que asustarse, todo llegará a su tiempo, no antes, no después. Y a mí me gustaría que mis cenizas las tiren al mar, el lugar donde inició la vida en el planeta.
-Y sigue usted con sus ocurrencias Don Casi. El mar, sucio como nunca pues al tener nuestro querido puerto mayor población, hay basura que no se recoge y mierda que no se trata, para al final, llegar al océano y usted quiere contaminar todavía más las playas con sus cenizas. Y ya pasando a temas serios le platico que dos buenos amigos de la vieja aldea de pescadores se nos adelantaron en el camino a la eternidad hace pocos días. Doña Minerva Rodríguez falleció en la ciudad de México, ya se encuentra con sus hermanos Belisario, Aquiles, y Javier. Se recuerda cómo Minerva perdió por pocos votos en un carnaval para ser la reina, quedando en segundo lugar. La reina fue Luchi García, con un vestuario que prestó un circo que andaba por estos rumbos; y en tercer lugar como duquesa quedó Olga Ruelas, la hija del director de la escuela primaria ‘Vicente Guerrero’ Ricardo Ruelas. También de las familias de La Noria se adelantó a la otra vida Don Salvador Valle. Descansen en paz.
-Sí Don Sebas, el pésame a los familiares. Un dato curioso del viejo Zihuatanejo ahora que menciona a la escuela primaria ‘Vicente Guerrero’. En la preparación del terreno para su construcción se encontraron esqueletos humanos. Se dice que fueron personas fusiladas en la Revolución Mexicana y sepultadas en el mismo lugar. Algunos restos se trasladaron al primer panteón en la colonia La Madera. En ese panteón, que sobrevive una pequeña parte, había un árbol de almendras criollas y nadie se las quería comer porque decían que tenían ‘manteca de difunto’.
-Y un mexicano con reconocimiento internacional también falleció hace poco, Don Miguel León-Portilla. De él dijo el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma que ‘dio rostro a los poetas del mundo náhuatl’. Su libro ‘La versión de los vencidos’ es famoso en todo el mundo. En su libro ‘Hernán Cortés y la Mar del Sur’, Miguel León-Portilla describe muy bien el viaje de Álvaro Saavedra y Cerón desde Zihuatanejo hacia Las Molucas en la víspera de Todos Santos, saliendo de nuestra bahía el 31 de octubre de 1527.
-Don Sebas, ¿quiere que le mencione una diferencia importante de nuestras tiendas de antaño como las de Don Salvador G. Espino, Don Juan Ayvar, la de las hermanas Romero, o más recientes las de Don Pepe Armenta ‘La Surtidora’, o de Don Belisario Rodríguez ‘El Faro’, todas en la calle Cuauhtémoc, comparadas con las tienditas de la doble XX de ahora?
-¿Qué diferencia encuentra?
-En las viejas tiendas había ‘rostros sonrientes que nos saludaban por nuestro nombre’, en las actuales hay sólo ‘manos que cobran, dedos que hacen cuentas en una máquina’.
-Tiene razón Don Casi. Y pasando a los temas de la ‘polaca’ estoy deseando que pronto lleguen más cruceros a Zihuatanejo.
-¿Por qué Don Sebas, por la derrama económica?
-Porque como se vio en el crucero que llegó en octubre, después de algunos años de no visitarnos, las autoridades municipales se ponen a trabajar, limpian y pintan por donde pasarán los turistas gringos, perfuman el Paseo del Pescador, esconden a los chamacos pide-monedas, y todos los encargados de recibir a los visitantes güeros finalmente se bañan. De hecho un grupo de ciudadanos sancas quiere que los turistas de cruceros hagan un ‘tour’ por algunas colonias jodidas para que a esas colonias les den una ‘manita de gato’.
-Usted Don Sebas está como esa prensa fifí que no encuentra nada positivo en el trabajo del presidente de la república ‘Cabecita Blanca’. Piense en el trabajo del Ciudadano Chamaco con reuniones, con acuerdos para hacer que regresen los cruceros, los nuevos vuelos hacia nuestro destino; eso debería aplaudirlo durante una semana completa.
-Ya el presidente ‘Cabecita Blanca’ habló de que no hay censura a los medios de comunicación, sólo pide permiso para tener derecho de réplica sobre determinada información. Aunque los periodistas no están para escribir al ‘contentillo’ de las autoridades. En este país todos podemos opinar lo que se nos pegue la regalada gana, pero son los ciudadanos los que valoran, los que sopesan las opiniones. ¿Quiere que le ponga un ejemplo hipotético?
-Lo escucho viejo cara de momia.
-En estos últimos días leo y escucho sobre los recortes presupuestales para el 2020 que corresponden a estados y municipios. Es lo mismo de siempre, todos quieren más dinero, puro pedinche. Nadie habla de hacer recortes a su gasto corriente, de reducirse sueldos, o de cobrar impuestos a todos esos políticos y empresarios que por muchos años no han pagado sus deberes económicos a la Hacienda estatal o municipal. Pues bien, para no estar mendigando a la federación, podemos hacer como en España, en la región de Cataluña, donde se encuentra la ciudad de Barcelona.
Aunque allá por otros motivos se quieren independizar, aquí se formaría la república de Guerrero, el estado se independizaría porque el gobierno federal nos tiene “ahorcados” con los recursos, con las participaciones para “hacer más y mejores obras sociales”. Así, los impuestos federales se quedarían en el estado. Eso sí, ya no se podría estar de güevones y se tendría que hacer trabajo de gobierno extra en materia de turismo, de minería, de exportación de productos agrícolas y artesanías, de industrializar nuestros productos del campo. Y ya con eso sólo tendríamos que aprender a “administrar la abundancia”. Se acabarían los gobernadores y presidentes municipales que ningún dinero les alcanza.
-Don Sebas, ¿está usted tomando café o una infusión de cannabis indica?
-Juar, juar, juar. Y antes de que llegue la segunda ronda del sabroso café guerrerense le platico una historia que me pasaron del reciente recorrido del presidente ‘Cabecita Blanca’ a la Costa Grande, en su visita a una clínica del IMSS en La Unión. Caminando por las instalaciones dijo: “Huele a pintura fresca. ¿Acaso aquí pintan los edificios públicos sólo cuando viene el presidente de la república?”. Las autoridades estatales se quedaron mudas.
El par de ancianos sonrieron mientras llegaba la mesera con otra ronda del sabroso brebaje negro.