Opinion

CAFÉ POLÍTICO

Agregado el

SOMOS AQUELLO EN LO QUE CREEMOS, AÚN SIN DARNOS CUENTA. / CARLOS MONSIVÁIS

Rafael Lobato Castro

Un viento fresco acompañó a Don Sebas hasta llegar a su cita vespertina en la mesa reservada por tiempo indefinido –ahora aislada del resto- del céntrico café en el puerto de Zihuatanejo, para, nuevamente charlar con Don Casimiro, su buen amigo de la otrora aldea de pescadores. Mientras se sentaba, Don Sebas recordó que poco antes de salir de su casa, Don Casi le habló por teléfono diciendo que llegaría unos quince minutos más tarde porque estaba terminando de afilar unos cuchillos que usa la patrona de la casa en la cocina. Don Sebas se quitó el cubrebocas y recibió de la mesera su taza del aromático, humeante, sabroso café guerrerense y aprovechó para entregarle en nombre de él y su amigo, una caja de chocolates en forma de Santa Claus. Un pequeño presente navideño por sus atenciones para con ellos en un año difícil para los negocios que estuvieron abiertos por poco tiempo.

En tanto esperaba la llegada de Don Casi, Don Sebas tomó un sorbo del brebaje negro y reflexionó sobre su vida. Pensó que en esta temporada decembrina es muy común hacer un recuento de las cosas hechas, y las que se dejaron de hacer. Se cierra un año y tal vez se cierra una vida. Él podía presumir a sus bisnietos y tataranietos haber conocido un Zihuatanejo totalmente diferente en todos los aspectos. Con menos tecnología y supuesto progreso, pero con mucha naturaleza y cosas saludables. En su terquedad de viejo, insistiría que ese Zihuatanejo era mejor. La muerte no era su enemiga, si mañana tocaba a su puerta ya para llevarlo a la otra vida, era bienvenida. El verso sin esfuerzo le recordó un poema sobre el tema. Juar, juar, juar, otra vez el verso. ¿Cómo decía ese poema? El autor era Amado Nervo. Don Sebas se frotó las sienes y con su técnica para la memoria en la asociación de palabras, de nombres, de cosas, de lugares, de frases, lo recordó: “Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,/ porque nunca me diste ni esperanza fallida,/ ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;/ porque veo al final de mi rudo camino/ que yo fui el arquitecto de mi propio destino;/ que si extraje las mieles o la hiel de las cosas/ fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;/ cuando planté rosales, coseché siempre rosas./ Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno/ ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!/ Hallé sin duda largas las noches de mis penas;/ mas no me prometiste tan sólo noches buenas,/ y en cambio tuve algunas sumamente serenas./ Amé, fui amado, el sol acarició mi faz./¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!” Sonrió Don Sebas por recordarla completamente. Así es, estaba en paz con la vida. Don Sebas tomó otro sorbo de la bebida caliente y escuchó en el aparato de sonido del café el villancico de villancicos, ‘Noche de paz’ (‘Silent night’ en inglés, ‘Noche silenciosa’) interpretada por Andrea Bocelli. Don Sebas entrecerró los ojos para nuevamente afinar la memoria y una especie de estrella fugaz pasó por su mente (se activó el chip diría uno de sus bisnietos) para rememorar la información. La historia de la célebre canción ‘Stille Nacht’ en alemán, empieza la víspera de Navidad de 1818 en un pequeño pueblo de las montañas de Austria, Obendurf. El sacerdote Josef Mohr, párroco de la iglesia de Saint-Nicholas, había escrito un pequeño poema titulado Stille Nacht al que quería poner música para la misa de medianoche. Pero el párroco Mohr no era músico. Así que pidió a su amigo Franz Grüber, profesor y músico en sus ratos libres, que pusiera música a su pequeño poema. Grüber era el organista de la parroquia. Pero fue un arreglo para guitarra lo que escribió para el poema de su amigo. Y así se cantó por primera vez, el 24 de diciembre de 1818, la célebre ‘Stille Nacht’. Desde entonces, ‘Noche de Paz’ se impuso en la Tierra como la canción más emblemática de la noche santa del nacimiento del Niño Dios. Noche de Paz ha sido traducida a todos los idiomas de la Tierra. Incluso la cantan los esquimales en el Polo y los bantúes en África. Y aunque Noche de Paz es una canción de origen cristiano, ha sido adoptada por muchas otras religiones; incluso se ha cantado en templos budistas de Asia. “Noche de paz, noche de amor/ todo duerme en derredor./ entre los astros que esparcen su luz/ viene anunciando al niño Jesús./ Brilla la estrella de paz/ brilla la estrella de amor…” Don Sebas disfrutaba mucho la versión instrumental en el órgano melódico de Juan Torres. Don Casi ya se estaba tardando en llegar, así que Don Sebas abrió ‘La Voz de Zihuatanejo’ para ver una foto de un grupo de militantes del partido ‘Piel canela’ que con el brazo derecho en alto formaba con cuatro dedos levantados la idea de la 4T, la cuarta transformación. Seguramente la mitad del grupo no tiene ni idea de cuáles son las tres transformaciones anteriores, la de la Independencia, la de las Leyes de Reforma, y la de la Revolución. Aunque al final eso les vale madres, ellos van por la chambita. Don Sebas imaginó la escena previa a la foto. El fotógrafo grita levantar la mano para formar el cuatro y el grupo de borregos obedientes, sumisos, dóciles, cumple la orden y levanta cuatro dedos. Sin embargo, al fondo del grupo -Don Sebas observa con atención la foto y se pone los lentes de Gepetto para ver los detalles-, una de las personas levanta los dos brazos hacia la cámara del celular. Con el brazo derecho forma el uno al levantar el índice, y con la mano izquierda con los dedos índice y medio forma la V. Increíble piensa Don Sebas, un borrego que trata de ser diferente. Con el uno del índice puede estar diciendo que serán los primeros, los número uno en la captación de votos. Con la V tal vez trate de decir: ‘victoria’, ‘victoriosos’, ‘vencedores’, así saldremos en las elecciones del 2021. Y con las dos manos… parece que forma el IV en número romano. Un síntoma de rebeldía, como inició su líder máximo, el presidente de la República ‘Cabecita blanca’.

En ese momento llegó Don Casi a la reunión y la mesera dejó la otra taza del aromático grano.

-Ya le entregué a nuestra querida mesera los chocolates Don Casi –dijo Don Sebas.

-Muy bien. Y antes que se me olvide, en la reunión pasada hablamos que el negro Pina se subía a las palmeras más altas como mono chango porque la vara no alcanzaba el racimo para cortarlo. Pues bien, recordé que el buen amigo Chucho Valdovinos de La Noria también lo hacía. Subía por el tronco como una verdadera iguana. Y el negro Pina además escaló los morros del Potosí para capturar las crías de las guacamayas que anidaban ahí… para luego venderlas a los gringos. En esos tiempos nadie escuchaba de extinción de especies. Don Sebas un recuerdo de antaño, en los viejos tiempos el ceviche lo consumíamos con unas galletas saladas, y los gringos lo hacían con galletas Ritz. Hoy los sancas lo consumen con ¡totopos de maíz! Supongo que en el futuro será con un bolillo. Y relacionado con las especies en peligro de extinción como las guacamayas, uno de mis bisnietos me preguntó por qué usted y yo no nos hemos enfermado de coronavirus. Yo le respondí que no hay una respuesta definitiva. Aunque le aclaré que pudo ayudar que en nuestra juventud tomamos mucho aceite de tortuga y aceite de hígado de tiburón y eso nos puso los pulmones de acero. Y eso que usted ha fumado puro preparado con las hojas de tabaco seco que compra. No sabíamos nada de eso del colesterol y los triglicéridos. Tampoco que muchos años después la tortuga marina y el tiburón estarían amenazados de muerte al desaparecer como especies. Y quiero pensar que en el tema del Covid-19 una actitud mental positiva ayuda como repelente.

-Algo de verdad hay en eso Don Casi. Y permita leer una nota del periódico que es una joya de declaración por su ingenuidad. –Don Sebas se volvió a ajustar los lentes de Gepetto y leyó-: “En una reunión en el puerto de Zihuatanejo el presidente del Consejo del partido ‘Piel canela’ en Guerrero convocó a los aspirantes a cargos de elección popular a anteponer el proyecto de Nación antes de sus intereses personales”. Dicen las malas lenguas que todo el mundo ahí reunido soltó tremenda carcajada. Y que alguien se levantó para decirle: “No chingue señor presidente del Consejo del partido en el estado. La Nación ha sobrevivido a muchas transformaciones, pero nosotros no podemos sobrevivir fuera del presupuesto. Usted no sabe lo que significa que lo anden correteando los cobradores de los bancos, las tiendas departamentales, incluso de algunos comerciantes del mercado. Disculpe pero nosotros vamos a practicar la 4T de dientes pa’ juera, pero en el fondo queremos seguir siendo corruptos”. Eso dicen las malas lenguas que se comentó. Yo francamente no lo creo.

-Juar, juar, juar. Los tiempos políticos Don Sebas, los tiempos políticos. Y cambiando de tema, vamos a tratar de convivir las familias con todas las medidas de protección sanitaria y reunirnos en Navidad; yo no me quiero perder el sabroso ponche que hacen en su casa, con un poquito, pero muy poquito de ron añejo.

El par de ancianos pioneros del puerto recibieron la segunda ronda del sabroso café y una felicitación de Navidad y Año Nuevo de la mesera, con su sana distancia.

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