* Diversos sectores de la población y cada vez son más los que piden ayuda al gobierno con despensas e incentivos económicos.
Eliuth Espinoza
Zihuatanejo, Gro., (Marzo 31, 2020).- Apoyo, más que nunca piden habitantes de Zihuatanejo a los tres niveles de gobierno.
Sólo en épocas de desastres naturales como en la tormenta tropical Manuel de 2013 y el sismo de Semana Santa de 2014, se repetía tanto la frase “necesitamos ayuda por parte del gobierno” en el destino turístico.
Con la diferencia que ahora la palabra “ayuda” se replica en todo el país y más allá de sus fronteras.
En Ixtapa-Zihuatanejo prestadores de servicios tales como meseros, barman, lancheros, músicos, mecánicos, transportistas, ambulantes, cocineros “y gente que se gana la vida como puede”, en alusión al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se encuentran atrapados entre una merma de hasta 90 por ciento en sus ingresos, una mínima actividad turística, el aumento al precio de alimentos básicos, como el huevo, (que en tiendas del bulevar Zihuatanejo se vende hasta en cinco pesos la pieza).
Y sobre todo entre el deseo de acatar la recomendación de estado para contener la propagación del virus SARS-CoV2, de quedarse en casa, y la necesidad de llevar el pan a ella.
La ocupación hotelera disminuyó 82 por ciento el fin de semana y 90 por ciento entre semana en Guerrero, sólo una de cada 10 habitaciones está en renta, lo que no se veía desde hace 7 años, declaró el gobernador Héctor Astudillo Flores.
“Estamos ante el umbral de lo que puede convertirse en la peor crisis económica de los últimos tiempos”, expresó sobre el momento que se vive.
“Una situación inédita por pandemia global por coronavirus”, describió el Ejecutivo estatal. El objetivo es ajustar el presupuesto, esperanzó.
El Covid-19 no respeta raza, credo, ni posición económica, y que su tasa de mortalidad no es tan alta como se pensaba, pero tampoco tan baja como para influir directamente en una parálisis económica global.
En Zihuatanejo “los prestadores de servicios somos los más afectados”, consideró el capitán de embarcación, Juan Gutiérrez López.
“Se han olvidado de nosotros en esta contingencia”, manifiesta, vivimos al día. “¿Qué va a pasar con nosotros sin trabajo?, ¿cómo le haremos para llevar comida a casa?”, cuestionó.
En esta situación lo que todos pedimos es ayuda económica o despensas, dijo.
“Sin turismo no ganamos, nosotros no recibimos un sueldo”, comentó.
Los meseros de Las Gatas, La Ropa y La Isla son comisionistas, pero lejos de eso ahora ni propinas van a obtener, ejemplifican prestadores de servicios.
Los músicos, por su parte, han pasado de laborar diariamente a no hacerlo hasta nuevo aviso.
Los restaurantes turnan su personal con tres días de trabajo a la semana, prevén la reducción del mismo al 50 por ciento, y calculan soportar dos semanas más la pausa económica y social recién ampliada al 30 de abril.
Ante el llamado de la autoridad de quedarse en casa, también se muestran casos de solidaridad, como el restaurante Kaukan, que suspendió sus servicios temporalmente pero ayudó a su personal con el pago de sueldos.
Y añadió que aún así los meseros se quedarán sin el ingreso vía propinas, que representa parte del sustento familiar.
Lo cierto es que aunque la petición de ayuda, principalmente al gobierno federal, sin dejar de mencionar al estado y municipio, en medida de sus posibilidades y obligaciones.
Se mantiene como solicitud y no reclamo, estamos sujetos al comportamiento de la enfermedad y a la capacidad de respuesta de un gobierno de la república con niveles de aceptación y confianza superiores al 60 por ciento.
Y que ayer en la mañanera López Obrador definió y defendió como “un gobierno que da, no que quita”.