* El poder lo comparten y es heredado entre el esposo, la esposa y sus hijas.
Jorge Martínez Dionicio
Chilpancingo de los Bravo, Gro., (Octubre 7, 2019).- Como si fueran integrantes de la realeza de países como España o Inglaterra, la familia Mora Aguiluz ha logrado mantenerse entronizada por poco más de 17 años en Tlalchapa, municipio ubicado en la región Tierra Caliente del estado, tiempo en que varios de sus integrantes se han mantenido encumbrados pasando de cargo en cargo público.
Este caso no es el único en Guerrero, pero sí es uno de los que más llaman la atención, porque este grupo caciquil es conformado por cuatro personas, en este caso el propio Martín Mora Aguirre, su esposa, Guadalupe Aguiluz Bautista y sus dos hijas Amalia y Celeste Mora Aguiluz, quienes solamente van moviéndose de la silla edilicia, a la curul del Congreso local.
Como si fuera una monarquía, comenzó en el año del 2002, cuando Martín Mora Aguirre logró la alcaldía de Tlalchapa, en ese año hasta el 2005. Fue precisamente en el 2002 cuando mostraba a familiares, simpatizantes y amigos en el consejo distrital 18 en Pungarabato (Ciudad Altamirano) su constancia de mayoría que lo acreditaba como alcalde en ese periodo 2002-2005.
Después de que terminó su administración como presidente municipal de Tlalchapa, en el año 2005, Martín Mora Aguirre, uno de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), nuevamente comenzó a buscar un cargo público, y fue arropado por líderes de las corrientes de ese partido para lograr una diputación local de mayoría relativa en el distrito 18 de Pungarabato.
Martín Mora Aguirre durante la 58 Legislatura del 2005 al 2008, peleó también la coordinación de la fracción del PRD, pero al final se decidieron por Carlos Reyes Torres, éste último también fue presidente de la mesa directiva en ese periodo.
El cargo que ostentaba Mora Aguirre como legislador le quedó grande, su paso en el Congreso del Estado fue calificado por los propios ciudadanos de Tlalchapa y demás representados de ese distrito 18 como “gris”.
Su accionar como legislador le cobró factura en ese tiempo, puesto que en el trienio 2009-2012 quedó como alcalde de Tlalchapa, Lorenzo Galindo Mojica, y podemos decir que, desde el 2002 que se mantenían en el poder, fue el único lapso interrumpido para no obtener cargo alguno.
Pero luego vinieron las elecciones locales y Martín Mora Aguirre nuevamente negoció la entrada de su esposa como candidata, elección que ganó y que permitió que Guadalupe Aguiluz Bautista fuera alcaldesa en el periodo 2012-2015.
Para la siguiente elección, ya no solo eran el esposo y la esposa, también salieron a la orbe política las hijas, Celeste y Amalia.
En las elecciones del año 2015, el PRD anunciaba como candidatas a Amalia Mora Aguiluz, lo que le permitía competir para la alcaldía de Tlalchapa y a su hermana Celeste Mora Aguiluz, como candidata a diputada federal por el distrito 01 con sede en la Tierra Caliente.
Cabe mencionar que, en un inicio, Martín Mora Aguirre pretendía nuevamente ser el candidato en esa elección del 2015, pero debido a que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) había ordenado que hubiese “paridad de género”, optó por dejar esa candidatura a su hija Amalia Mora.
Después de llevarse a cabo las elecciones de ese año, Amalia Mora siguió con el trono de los Mora Aguiluz en Tlalchapa, mientras que su hermana perdió la elección federal.
Sin embargo, la familia real de Tlalchapa no se iba a conformar con los escaños ya logrados, y nuevamente salieron a la carga apoyados por líderes de diferentes corrientes al interior del PRD para las elecciones del 2018, ahora Martín Mora Aguirre se inscribiría como aspirante a alcalde para suceder en el cargo a su hija Amalia.
Y no sólo eso, como candidata a diputada local por el distrito 18 de Pungarabato ese mismo año iba a aparecer otra vez su hija, Celeste Mora Aguiluz, quien había perdido la elección a diputada federal.
En esa elección del 2018 ambos salieron triunfadores y hoy en día el dueño del trono, el “Rey de Tlalchapa” nuevamente es presidente municipal de ese municipio y su hija, Celeste Mora Aguiluz, es diputada por la vía de mayoría relativa del distrito 18 de Pungarabato, quien por cierto renunció al Partido de la Revolución Democrática en el 2018 y se incorporó a los trabajos legislativos de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Los Mora Aguiluz han construido un imperio, un reino difícil de destronar. Con estos actos basados en un verdadero acto de nepotismo y con el consentimiento de líderes perredistas que apoyaron esas candidaturas, esta familia sigue gozando de lo que puede ser llamada como una verdadera realeza guerrerense, basada también en un poder económico que le ha ayudado a tener simpatía popular a través de la entrega de dádivas a un municipio pequeño, y que es considerado como uno de los más pobres de todo el estado de Guerrero.