La voz de Zihuatanejo

Opinion

MÉDULA

ZEFERINO CONTRA ABELINA

Jesús Lépez Ochoa

No se lleva el barco hacia aguas tranquilas generando tempestades, si no trabajando en conjunto para llegar a buen puerto.

Lo digo porque considero que no es momento aún de juzgar a un gobierno que ni siquiera ha entrado en funciones, como es el que habrá de encabezar Abelina López Rodríguez, tratando de agitarle las aguas como intenta hacerlo el ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.

En un video criticó que la alcaldesa electa busque asegurar un crédito para el inicio de su mandato, y descalifica a quienes presuntamente estarán al frente de la CAPAMA y Finanzas, pero no dice nada de quien supuestamente será responsable de Obras Públicas, una persona cercana a él y que ha sido objeto de señalamientos en anteriores administraciones.

Obviamente el video, el segundo que publica en un par de días porque el primero se lo dedicó a la pésima administración de Adela Román, tiene la intención de generar conversación en torno a la reactivación del Frente Cívico de Acapulco, aquella asociación civil que lo ayudó a obtener la alcaldía del puerto en el año 1999, hace 22 años.

Lo logró a medias. Ayer mismo se plantaron arriba del ring el ex alcalde Alberto López Rosas (quien lleva años sin tener éxito buscándole la cara a todo mundo para debatir), y los líderes de la Federación de Cámaras de Comercio, Alejandro Martínez Sidney, y Rodolfo Vázquez Soberanis de la Canacintra, pero no la alcaldesa electa ni los futuros funcionarios contra los que arremetió.

Incluso pienso que le es un tanto adverso que haya sido descalificado y llamado “extorsionador de la política” por dirigentes empresariales, ya que su origen en la política fue precisamente la iniciativa privada. Muestra inequívoca de que muchas cosas han cambiado en las últimas dos décadas desde que fue alcalde.

De hecho, al igual que él en su momento, Abelina López va a recibir un Acapulco en quiebra financiera, sin margen para operar los pésimos servicios públicos, sobre todo el de agua potable, y la inseguridad pública; así como una ciudad oscura, destrozada y llena de basura.

Pero también, un saldo importante en cierre de negocios y desempleo por una pandemia que hace 22 años ni siquiera imaginábamos, y por si fuera poco 15 mil acapulqueños sin casa por los daños ocasionados por el sismo más fuerte de los últimos cien años.

Este es el peor escenario en el que recibe el poder un nuevo alcalde, al menos desde que se dio el parteaguas de la primera alternancia con Zeferino Torreblanca a finales del siglo pasado.

Abelina López no sólo deberá lidiar con los problemas heredados, si no con los nuevos y no menos fuertes que la naturaleza le puso enfrente antes de iniciar su gobierno.

Pienso que agitarle las aguas antes de que siquiera encienda motores y leve anclas no ayuda a un buen arranque que beneficie a los acapulqueños, cansados además del golpeteo de las campañas políticas del reciente proceso electoral.

Podemos hablar del fracaso del gobierno de Adela Román porque la vimos dejar el barco a la deriva por andar buscando candidaturas, pero no podemos juzgar a la nueva capitana cuando ni siquiera le han pasado el timón, e incluso intenta conseguir combustible para que la nave arranque.

Ojalá Zeferino Torreblanca conceda a Abelina López, su ex compañera edil del PRD en el periodo 1999-2002, el mismo beneficio de la duda que él tuvo en su momento. Cortesía política obliga.

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