Jesús Lépez OchoaLa difusión de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró un boquete financiero por 8 mil 698 millones de pesos a la administración de Ángel Aguirre Rivero, confirma las sospechas que rondaban en los corrillos políticos de que el ex gobernador de Guerrero sería el siguiente para completar la trilogía PAN, PRI y PRD en la persecución de ex mandatarios señalados de corrupción.En los casos del ex gobernador panista de Sonora Guillermo Padrés y del priista de Veracruz Javier Duarte, la Interpol emitió una ficha roja para localizarlos. Padrés se entregó la semana pasada a las autoridades y Duarte sigue prófugo.Ángel Aguirre reapareció recientemente en Guerrero donde afirmó que nunca se fue de México y que siempre ha estado a disposición de las autoridades que nunca lo requirieron por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa que ocasionó su dimisión.Tampoco lo citaron por el desvío y lavado de dinero por 287 millones por el que su hermano Mateo y dos de sus colaboradores cercanos Víctor Ignacio Hughes Alcocer y su hijo Víctor Felipe Hughes Acosta estuvieron presos.En esta ocasión podría no tener la misma suerte. Si bien tendrá la oportunidad de subsanar algunas de las observaciones que le hace el órgano fiscalizador de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, la mitad de ese dinero, unos 4 mil millones de pesos, corresponden a que no entregó a la federación lo que se descontaba a los trabajadores por concepto de Impuesto Sobre la Renta (ISR).La cantidad es mayor a los 936 millones de pesos señalados a Javier Duarte por ese mismo concepto. Incluso a los mil 500 millones que se dice fueron exentados de pago a familiares y amigos de Padrés.La ASF señala desvíos de recursos en 22 programas de salud, educación y seguridad pública del 2011 al 2014, por lo que también suenan nombres de varios colaboradores suyos que estarían en aprietos. Se habla incluso de que el ex secretario de Desarrollo Social y actual diputado federal David Jiménez Rumbo ya fue citado a declarar, y que seguramente será llamada a cuentas su sucesora en el cargo, la actual secretaria general del PRD nacional, Beatriz Mojica Morga, aunque muy convenientemente organizaciones sociales hayan quemado el archivo de la Secretaría al finalizar su gestión.La etapa en que está el proceso de Aguirre no es por el momento la misma de Duarte ni de Padrés, ya que no se sabe que existan hasta el momento denuncias penales ni órdenes de aprehensión en contra del ex gobernador de Guerrero, que cuenta con algún tiempo para mantener su discurso de que está a disposición de las autoridades y hacer las maniobras legales y políticas que le ayuden a solventar el problema, si es que tiene alguna oportunidad.Mientras tanto en Guerrero se vuelven a esfumar las aspiraciones de su hijo Ángel Aguirre Herrera por ser el candidato a la presidencia municipal de Acapulco y del PRD de levantarse de la lona política donde lo ha tirado la corrupción de sus gobiernos y la pérdida de la confianza de los ciudadanos.jalepezochoa@gmail.com