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Sacerdotes de Tlacotepec y Chilpancingo rechazan la despenalización del aborto

Alejandro Gómez Sotelo

Chilpancingo, Gro., (Septiembre 27, 2021).- Al declarar inconstitucional la despenalización del aborto y avalar la interrupción legal del embarazo, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) favorecieron a una ideología y un grupo de partidarios, pero no a la verdad ni a la justicia y mucho menos a la vida que es el derecho fundamental que se debe promover y defender, dijeron el párroco del municipio de Tlacotepec, Alberto Alarcón Mota, y el sacerdote diocesano de Chilpancingo-Chilapa, Carlos Augusto Triana.

En un pronunciamiento conjunto hacia la SCJN, los clérigos señalaron que los jurisconsultos han decepcionado y avergonzado a la justicia, cuya base es la verdad en toda su naturaleza y no aquello que se aprueba por mayoría como lo hicieron en ese organismo judicial federal, “las fuentes de la verdad jurídica son la naturaleza y la razón; la naturaleza lleva consigo su propio lenguaje, leyes y la propia verdad que la razón debe descubrir, respetar y nunca manipular”.

Alarcón Mota y Augusto Triana mencionaron que la ignorancia de quienes integran el máximo tribunal de la nación ofende y hace quedar mal a la justicia, abre las puertas a la injusticia y contribuye al envilecimiento y destrucción de las personas a través del aborto, mientras que la vida humana no es protegida aún y cuando es lo más sagrado.

Dejaron en claro que sin justicia no puede existir paz y bajo esa premisa consideraron que para interpretar bien las leyes humanas, los magistrados deben conocer las leyes de la naturaleza humana, la verdad que contiene y respetar todo aquello inscrito en ella, además de dejarse iluminar por la razón, la ciencia y buscando el bien de todas las personas, en virtud de que las ordenanzas legales deben estar al servicio de la dignidad de la gente o no sirven.

Reclamaron que los ministros hicieron gala de analfabetismo científico y crearon un club al servicio de otros intereses pero alejado totalmente de la verdad y la justicia, dejando una muestra de su conocimiento ideológico pero no biológico, pero también hicieron público su desconocimiento sobre el proceso evolutivo de la fecundación que es la primera etapa, donde un niño inicia ese periodo hasta nacer y continúa su evolución hasta morir.

Alberto Alarcón Mota y Carlos Augusto Triana, puntualizaron que desde su concepción ya es un niño individuo y persona humana, sin embargo, los magistrados de la SCJN evidenciaron su inadecuado concepto sobre la persona humana y eso influyó en su desconocimiento respecto a su dignidad, además, mostraron “chatez” de inteligencia y de miras que los motivó a negarle su derecho a la vida e invalidar la objeción de conciencia respecto a la ley general de salud.

Acusaron falsedad en la deliberación de los ministros federales cuando sostienen que un embrión es parte del cuerpo de la madre y que la vida humana no comienza desde la concepción, “un miembro de la Suprema Corte debe saber de las leyes de la nación y las internacionales, pero también de las leyes de la naturaleza y saber interpretarlas”.

Reclamaron que la Corte no solamente aprobó la despenalización del aborto, sino que además ordenará al Poder Legislativo que elabore una ley en torno a la objeción de conciencia, donde ese derecho no sea un cheque en blanco con el que se nieguen los servicios de salud, principalmente el derecho al aborto.

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