Opinion
SIN FIN DE HISTORIAS
“Cómo la vida es cruel con la gente buena”
Ramiro Arturo Barrera Moreno
Falleció mi hijo Jorge Javier Barrera García, la madrugada del pasado miércoles 2 de octubre de este maldito año 2024. Nunca imaginé padecer un dolor tan grande como lo es perder un hijo, que era una persona sin vicios, que hacía mucho ejercicio, que era un trabajador responsable, esposo y padre ejemplar. Un infarto le arrebató la vida. Yo como padre de 68 años, después de haber sobrevivido a peligrosos accidentes, a 2 intervenciones quirúrgicas de cierto riesgo y a balaceras que pudieron ser fatales, consideraba que pronto dejaría este mundo y que mis hijos Jorgito y Fridhy, con sus cónyuges y mis 2 nietas y 3 nietos vivirían felices largos años. Pero cuando la ecuación cambia y pierdes un hijo tan amado, llegas a cuestionar ¿Por qué Dios, si creemos en Él, nos castiga de esa cruel forma? No lo entiendo. Muchas personas me preguntan si mi hijo padecía alguna enfermedad, o si murió por la violencia irracional que vivimos a diario y mi respuesta les sorprende: “sólo se desvaneció y a pesar de que su hija que estudia la Licenciatura de Fisioterapia y Rehabilitación, hizo lo que pudo por recuperarlo, quedó dormido para siempre”. La respuesta que me dan quienes me preguntan es: “Debe ser un consuelo para tu familia que no sufrió, ni padeció una dolorosa agonía como la que confrontan tantas personas que van muriendo lentamente y con muchos sufrimientos. Me dicen, yo quiero tener una muerte así”. En tanto en la familia cercana seguimos en la etapa de la negación, esperando que algún día logremos superar nuestra tristeza y pesar. Agradezco profundamente los mensajes de solidaridad y consuelo de todas las personas que se dieron tiempo de manifestar sus condolencias, para todos un gran abrazo.
Finalmente diré que de tantos “amigos” que supuestamente me estiman y solicité su apoyo sin recibirlo, solo 3 me ayudaron y públicamente les doy las gracias, ellos son el Licenciado Gustavo García Bello, el Doctor Luis Molina Pavón y el Lic. Carlos Vicnoe Luiz Bahena. Para ellos mi eterno agradecimiento. HASTA SIEMPRE AMADO HIJO JORGITO, MI COQUE ADORADO.