Opinion
Trazos…Time
*Servicio Postal y sus carteros, un olvido de 34 años.
*‘La tecnología no toca a todas las puertas, el cartero sí’.
Federico Nogueda Berdeja
Hace 34 años el cartero era bien pagado, hace 34 años los carteros contaban con un gran aprecio de los ciudadanos, era una referencia y un reconocimiento de un trabajo muy sacrificado.
Hoy el cartero gana mil 500 a la quincena, un trabajador del servicio de mensajería privado como Estafeta gana el doble a la semana, no a la quincena, pero todo esto como dicen los dichos ‘no hay mal que por bien no venga’, el detalle que el cartero y su sindicato fueron muy callados durante tres décadas.
Fue en el salinismo cuando se comenzó a desmantelar al Servicio Postal Mexicano, con la apertura a mediados de 1988 del libre mercado o neoliberalismo, o mejor bien dicho, las estrategias de privatización de la empresa pública.
Fue en ese periodo presidencial cuando se decidió abandonar a Sepomex, para dar apertura a los servicios de paquetería Estafeta y otros más, que no tenía nada de mal, porque sería un reto sano competir entre ambos.
Pero la estrategia de ese entonces ya estaba planeada para desmantelar a Sepomex, sin necesidad de privatizarlo y solo dejarlo como hasta hoy lo conocemos, que solo, casi trabajan para la entrega de los recibos telefónicos de Telmex, ya no son protagonistas de la paquetería.
El objetivo fue que ellos solos se autodestruyeran, desprestigiaran, sin coordinación, ni responsabilidad, que la SCT que en ese entonces era su jerarquía, no se metiera en nada, pasara lo que pasara, dejarlos hasta que reventaran en problemas, y así pasó.
En menos de 10 años, a partir de mediados del 88, el Servicio Postal Mexicano comenzó su decadencia, donde surgieron cientos de quejas del servicio de correo, al grado de contar con un gran respeto del ciudadano por los carteros, después ya los miraban con prudencia.
Las cartas o recibos en algunos casos de quejas de ciudadanos eran abiertos, así también con la paquetería, ante un sindicato de carteros que nunca protestó por nada, se morían metafóricamente de nada.
Y la estrategia resultó, las empresas de paquetería privadas comenzaron a ganar terreno en todo lo largo y ancho del país, fue cuando Estafeta se consolidó y se benefició del desmantelamiento planeado de Sepomex. Y ya casi nadie tenía mucha confianza en el Servicio Postal Mexicano, una desconfianza que fue planeada y lanzada por la apertura de la privatización.
A hoy solo quedan vestigios de ese buen Servicio Postal Mexicano, que debe de restaurarse, de dársele ese lugar que algún día ocupó en la ciudadanía de México.
Empezando con un buen director o directora general, que conozca el medio y tenga el apoyo presupuestal, y la Cámara de Diputados federal y el Senado jugarán un papel muy importante para que Sepomex vuelva a tener un lugar digno en la comunicación.
Yo soy federicosol@yahoo.com.mx